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¿Por qué buscar vida extraterrestre?

¿Por qué buscar vida extraterrestre?

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This article is a Spanish translation of Why Look for Extraterrestrial Life? by Seth Shostak.
 


Subtítulos en español están disponibles en el video
Por Seth Shostak, Astrónomo Senior
Traducido por Lourdes Cahuich

A medida que el mundo sufre una serie de calamidades, el esfuerzo por buscar vida más allá de la Tierra puede parecer frívolo. La reacción de algunos será decir "sí, es algo agradable de hacer, pero no es algo importante".

Esta suposición es miope debido a las importantes implicaciones sociales de la actividad que llamamos exploración.

La caza de biología extraterrestre difiere de la mayoría de las ciencias, en que su hipótesis no puede ser refutada. La mayoría de los investigadores piensan que debe existir vida en otras partes del cosmos y las encuestas muestran que el público generalmente está de acuerdo. Pero, a diferencia de la mayoría de las afirmaciones de investigación, no hay forma de demostrar que tal vida no existe. La hipótesis de un universo ligado por la biología no puede ser falsificada.

Entonces, según las convenciones de la ciencia, se podría decir que nuestros experimentos para encontrar otra vida, ya sean microbios en el Sistema Solar o extraterrestres en un planeta a cientos de años luz de distancia, no son realmente experimentos: son búsquedas. Son exploración.

Como actividad social, la exploración ha sido esencial para la supervivencia. Los antiguos egipcios no estaban terriblemente interesados ​​en tierras más allá de las costas del Nilo, lo que llevó a la osificación de su cultura y su eventual sometimiento por parte de los griegos y los romanos. El Renacimiento, que marcó la transición del feudalismo a la modernidad, podría haberse estancado si no hubiera estado acompañado por la Era del Descubrimiento.

La exploración genera consecuencias profundas.

Pero seamos honestos: no siempre es algo desinteresado. James Cook, uno de los mejores navegadores de la historia, no fue comisionado para un viaje tranquilo en el Océano Pacífico solo por el gusto de hacerlo. El almirantazgo inglés tenía objetivos específicos, en su mayoría enraizados en el dinero. Le encargaron a Cook encontrar Terra Australis y después el Pasaje del Noroeste, objetivos que fueron impulsados ​​por la posibilidad del comercio.

Es cierto que no se trataba completamente de la libra todopoderosa. En Tahití, Cook realizó mediciones astronómicas del tránsito de Venus, un experimento diseñado para calibrar la escala del Sistema Solar. Entonces, sí, la exploración puede llevarse a cabo simplemente para expandir nuestro conocimiento, incluso si tales sentimientos nobles se alejan con frecuencia de las cuestiones prácticas, codicia o una apuesta por el orgullo nacional.

Pero aquí está la pregunta: a pesar de que era posible convencer a los ciudadanos de la Inglaterra del siglo XVIII, de que financiar el barco con fugas de Cook valía el dinero de los impuestos porque, en última instancia, los enriquecería literalmente, ¿qué tan comercializable es buscar vida en el cosmos? Hacerlo no tendrá beneficios en términos de comercio, materias primas, reclamo de nuevas tierras o establecimiento de colonias. No hará nada de eso.

Pero hay otras justificaciones.

Por ejemplo, está la cuestión de la simple curiosidad: una palabra aparentemente ligera, pero la curiosidad ha llevado a cosas buenas: inventos inteligentes y revelaciones importantes en ciencias naturales, psicología, medicina, comportamiento social y casi todo lo demás. La curiosidad se descarta demasiado fácilmente.

También podría argumentar que encontrar biología extraterrestre nos dará un contexto cósmico; tendremos una idea de nuestra propia importancia. Imagínese si los aztecas de 1400 hubieran sido informados de que había grandes ciudades al otro lado de los océanos. ¿No los habría afectado de alguna manera profunda? La gente ha sugerido que encontrar seres inteligentes en planetas distantes sería una buena noticia para nosotros, demostrando que el Homo sapiens no está inevitablemente destinado a la autodestrucción. Si los extraterrestres pueden sobrevivir a su propia tecnología, nosotros también.

Estos argumentos hacen que la charla sea agradable a la hora del almuerzo. Pero tratar de defender nuestro profundo interés en la exploración de esta manera es eludir el hecho de que la evolución ha incorporado el deseo de aprender algo nuevo, en nuestra naturaleza. Y claro, usted podría señalar que hay un evidente valor de supervivencia al querer saber qué hay más allá de la cadena de colinas más cercana. Pero el hecho de que ese interés esté conectado intrínsecamente en nuestros cerebros primates, no debería abaratar su valor; no más que el encontrar una explicación evolutiva para la música, haga que esta sea menos valiosa.

La exploración siempre ha sido importante y sus prácticas derivaciones son, a menudo, las menos importantes. Ninguno de los objetivos establecidos por el almirantazgo inglés para los viajes de Cook se cumplió. Y sí, la exploración del Pacífico a menudo dejó muerte, enfermedades y destrucción. Pero dos siglos y medio después, el reconocimiento de Cook todavía tiene el poder de despertar nuestra imaginación. Nos emociona la posibilidad de aprender algo maravilloso, algo que ninguna generación anterior sabía.

Esta búsqueda para comprender y conocer, es lo que impulsa nuestra exploración de otros mundos. Ver su búsqueda como un entretenimiento superficial y una distracción superficial es ignorar algo profundo en nuestra composición. Es una de las mejores cosas que hace nuestra especie.

 

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